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Historia

Edad moderna: El siglo XVII en Inglaterra

Por Verónica de la Cruz, redactora de contenidos en Britania for you

 

Continuando la serie de entradas sobre la edad moderna en Inglaterra, hoy traigo la segunda parte. El siglo XVII en Inglaterra supuso la expansión del Imperio Inglés mediante la colonización de territorios Americanos, sentando las bases del futuro Imperio Británico. 

A lo largo de este siglo tuvo lugar un duro pulso entre dos poderes diferentes que no lograban ponerse de acuerdo: el Parlamento y la Monarquía. Este conflicto desembocó en la Guerra Civil Inglesa e implicó la ejecución del monarca Carlos I.

La monarquía fué abolida durante unos años. En su lugar, se estableció un régimen Parlamentario conocido como la Mancomunidad de Inglaterra (The Commonwealth of England) y posteriormente se estableció un Protectorado a cargo de Oliver Cromwell, quien fué nombrado Lord Protector.

Pasado este lapso de tiempo, la monarquía se restituyó con el rey Carlos II y posteriormente su hermano Jacobo II. Estos dos monarcas se proclamaron católicos y los puritanos pusieron el grito en el cielo. Finalmente, la revolución gloriosa devolvió la estabilidad al país, sentando un precedente de la actual monarquía parlamentaria.

Monarquía de Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia

Tras la muerte de la reina Elizabeth I en 1603, su sobrino el hasta el momento rey Jacobo VI de Escocia fué el sucesor al trono de Inglaterra. Jacobo inició una nueva dinastía: Los Stuart. Con el acceso al trono del rey Jacobo, se unificaron las coronas de Inglaterra, Escocia e Irlanda (Union of crowns). A pesar de ser países distintos, compartían el mismo monarca.

 

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Retrato de Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia

 

Durante todo su reinado mantuvo una monarquía absolutista, lo que produjo contínuos conflictos con el Parlamento. El rey consideraba que él debía tener la última palabra y que había sido elegido por Dios para gobernar. Poco después de su coronación intentaron asesinarlo.

La religión también era una fuente de tensiones. Los miembros del Parlamento Inglés eran mayoritariamente puritanos. Este sector de los protestantes sostenía que era necesario eliminar de la Iglesia de Inglaterra todos los elementos del Catolicismo. Consideraban que el catolicismo no había sido suficientemente eliminado y había que “purificar” la Iglesia de Inglaterra. El rey Jacobo I se mantenía fiel a la Iglesia de Inglaterra, en contraposición a los puritanos. 

En 1611 el rey publicó una nueva traducción de la Biblia al inglés, conocida como la Versión del Rey Jacobo (The King James Version / The auhorized version).

Reinado de Carlos I

Al igual que su padre, Carlos I fué un firme defensor de los derechos divinos de la monarquía. Se casó con una princesa francesa Católica, Henrietta Maria, lo cual no sentó demasiado bien a los puritanos. Esta unión suponía una seria amenaza al protestantismo puritano que promulgaban y el temor de una posible vuelta del Catolicismo creció entre ellos.

Carlos I se embarcó en diversas guerras infructuosas contra España y Francia. El Parlamento rechazó ayudarle económicamente, de modo que tuvo que buscar sus propios métodos para financiar los conflictos bélicos.

En 1625 disolvió el Parlamento y recaudó dinero imponiendo a los ciudadanos unos impuestos llamados préstamos forzosos. Estas duras leyes eran penadas con prisión sin juicio previo a cualquiera que no las cumpliera.

 

El rey Carlos I de Inglaterra, retratado en 1640 por Sir Anthony Van Dyck

 

Finalmente, el alto coste económico de las guerras llevó a Carlos I a convocar nuevamente el Parlamento. Se aprobó  por unanimidad la ley conocida como Petición de Derechos (The Petition of Right), un documento constitucional que prohibía los préstamos forzosos que anteriormente exigía el rey a sus súbditos. También se prohibió el encarcelamento arbitrario.

En 1629 William Land fué nombrado obispo de Londres, quien era contrario a los puritanos y Carlos I le apoyó con entusiasmo. En 1633 le nombraron Arzobispo de Canterbury y entre sus propósitos se encontraba el de eliminar el puritanismo.

Durante 11 años que fueron conocidos como “Los once años de tiranía” (The eleven years tyranny ), Carlos I continuó gobernando de forma absolutista sin el Parlamento. Finalmente, la lucha de poderes entre la Monarquía y el Parlamento llevó inevitablemente a la Guerra Civil Inglesa.

Guerra civil Inglesa: monárquicos vs. parlamentarios

La guerra civil inglesa tuvo lugar entre los años 1642 y 1651 en los reinos de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Los historiadores la dividen en primera, segunda y tercera guerra civil. En 1649 Carlos I fué juzgado y ejecutado; su hijo Carlos II, que debía ser su sucesor, se exilió en el extranjero.

 

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Como resultado de la Guerra Civil Inglesa la monarquía inglesa se sustituyó por un gobierno republicano llamado la Mancomunidad de Inglaterra (The Commonwealth of England) desde 1649 hasta 1653 y más tarde, con el Protectorado.

El monopolio de la Iglesia de Inglaterra sobre la religión Cristiana en Inglaterra cesó. También se sentó un precedente respecto a la monarquía, que no podía gobernar sin el apoyo del Parlamento y el pueblo.

Oliver Cromwell y la Commonwealth

Oliver Cromwell es una de las figuras más importantes en esta época. Fué un militar y político que lideró el ejército del bando parlamentario en la Guerra Civil Inglesa. Poco a poco fué ganando posiciones en el Parlamento, hasta que fué nombrado Lord Protector de la Mancomunidad de Inglaterra. Al final de su mandato con el Protectorado (1653-1658), gobernó de forma prácticamente absolutista.

 

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Oliver Cromwell retratado en 1656 por Samuel Cooper

 

Tras su fallecimiento en 1658, su hijo Richard Cromwell continuó a cargo del gobierno. El título de Lord Protector no era hereditario y su padre lo había nombrado sucesor. Pero Richard Cromwell carecía de apoyos tanto en el Parlamento como en el ejército y fué obligado a dimitir tras un año de gobierno.

Restauración de la monarquía con Carlos II

Dada la inestabilidad en el gobierno que había, el Parlamento fué forzado a disolverse por diversas autoridades que seguían apoyando la monarquía y Carlos II volvió desde el exilio para continuar con el gobierno de su padre en 1661, año en que fué coronado. Se encargó de hacer justicia: ordenó ejecutar a diversos jueces y autoridades que estuvieron involucradas en la sentencia de muerte de su padre. El cadáver de Oliver Cromwell se exhumó y su cabeza fué exhibida pinchada en un palo en Westminster.

En 1670 Carlos II hizo un pacto con el rey católico Louis XIV de Francia, llamado Tratado de Dover (Treaty of Dover). El rey Louis le prometió dinero a cambio de que Carlos no volviera a depender nunca más del Parlamento. Además, Carlos aceptó apoyar al rey Louis en otra guerra contra Holanda. También aceptó apoyar el catolicismo, de modo que Carlos II se proclamó oficialmente católico ante su reino. Louis XIV le garantizó apoyo militar si el pueblo se rebelaba contra él.

En 1672 Carlos II firmó la Declaración de Indulgencia, en la que manifestaba su intención de suspender todas las leyes que penalizaban a los católicos y a otros disidentes religiosos.

Otros hechos relevantes durante esta época fueron el gran incendio de Londres de 1666, una de las tragedias más devastadoras de la historia ya que destruyó gran parte de la ciudad. El fuego duró 4 días consecutivos.

En 1679 entró en vigor la Ley de Habeas Corpus, que prohibía el arresto arbitrario de las personas y establecía una serie de derechos básicos como no ser torturado, saber de qué se le acusa y ser escuchado.

Whigs y Tories

A finales del siglo XVII surgen los términos Whigs y Tories en el ámbito político, debido a la cuestión sucesoria al trono después de Carlos II. Los whigs son los llamados dissenters (disidentes), apoyaban el poder del Parlamento y eran puritanos. Se oponían a la sucesión al trono de Jacobo de York (hermano del rey Carlos II) y apoyaron firmemente la Ley de Exclusión de 1678-1681, la cual pretendía excluír de la  sucesión al trono a Jacobo de York.

Los Tories eran conservadores, monárquicos y católicos. Apoyaban la sucesión al trono de Jacobo de York y eran defensores de los intereses de los terratenientes. Al parecer se introdujo su uso en la política inglesa a raíz de la crisis que suscitó la Ley de exclusión. Hoy en día se denominan Tories a los que pertenecen o apoyan el Partido Conservador Británico.

Reinado de Jacobo II

La reina Catalina no había podido darle un heredero a Carlos II, de modo que el sucesor era su hermano, el católico Jacobo, duque de York.

Durante sus tres años de reinado, el rey Jacobo II fue víctima de dos importantes batallas en Inglaterra: una entre el catolicismo y el protestantismo y la otra entre el derecho divino de la Corona y los derechos políticos del Parlamento.

 

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El rey Jacobo II retratado por Nicolas de Largillière alrededor de 1686

 

Thomas Hobbes fue un influyente filósofo que con sus ideas ayudó a desestimar la creencia de que el rey tenía derechos divinos. Sus ideas pertenecían a la corriente del materialismo, que postulaba que solo existe aquello que se puede ver o tocar.

La revolución gloriosa

Amenazados por el establecimiento de una dinastía católica en Inglaterra, varios protestantes influyentes negociaron con Guillermo III, príncipe de Orange y yerno de Jacobo II. Guillermo de Orange era considerado el máximo exponente del protestantismo, ya que luchaba contra el rey Louis XIV de Francia, el más poderoso monarca católico de Europa.

En 1688 tuvo lugar la Revolución Gloriosa, la cual supuso el derrocamiento del rey Jacobo II. Inglaterra fué invadida por un ejército Holandés, producto de la alianza entre los Parlamentarios con Guillermo de Orange.

En 1689 el Parlamento aprobó la Declaración de Derechos (Bill of Rights), un documento donde se reflejan los derechos y obligaciones tanto del Parlamento como de la monarquía, poniendo punto y final al gobierno absolutista de los Stuart (Jacobo I, Carlos I, Carlos II y Jacobo II). Esta ley se convirtió en el preámbulo de la monarquía parlamentaria tal y como la conocemos hoy en día, otorgando un equilibrio de poderes entre el Parlamento y la monarquía. A partir de este momento, la monarquía ya no volvió a tener poder absoluto.

Guillermo de Orange fué coronado rey como Guillermo III de Inglaterra, juntamente con su esposa María II, hija del rey Jacobo II.  La condición para su reinado era que aceptaran conjuntamente el documento constitucional de la Declaración de Derechos.

Comercio marítimo y mercantilismo: base del Imperio Británico

Durante el siglo XVII el comercio marítimo alcanzó una gran prosperidad. El Imperio Inglés en América del Norte se expandió poco a poco mediante la guerra y la colonización.

La base del futuro Imperio Británico se fundó durante la época del mercantilismo, que se inició a principios del siglo XVII con el asentamiento inglés de las primeras colonias orientales en América del Norte y continuó hasta principios del siglo XIX. La teoría económica del mercantilismo buscaba maximizar las exportaciones y restringir por completo las importaciones, debilitando así a los Imperios rivales.

Se pusieron en marcha múltiples medidas que tenían como objetivo favorecer la exportación y penalizar la importación. Se impusieron tasas aduaneras sobre las importaciones y subvenciones a la exportación. Las Actas de Navegación (The Navigation Acts) eran una series de leyes que regulaban el comercio marítimo y estaban basadas en el mercantilismo.

 

Próximamente publicaré la tercera y última parte de la serie de entradas sobre la edad moderna en Inglaterra: el siglo XVIII. Si te ha gustado este artículo compártelo y os recuerdo que podéis seguirme a través de las redes sociales:

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